(hola.)
Teseo
Al centro del laberinto
había un espejo.
Ariadna prendió fuego al hilo
y marchó sola
hacia las naves.
como siempre
no quedó ni una línea
del poema
que se me había ocurrido el otro
día
cuando no tenía bloc
para anotar
para anotar
sólo el recuerdo inútil
de la escalera eléctrica que iba
subiendo
y la impresión difusa
de que
/
sin duda alguna /
habría sido mejor poema
que esta cosa
naufragio I
todo termina aquí:
clavado entre roca y espuma
sangriento
ojos vaciados sobre arena gris
en trozos
picado por gaviotas flacas
vil mierda
te traicionaron:
acá no hay paso navegable
ni existe un puerto más allá del
faro
de hecho no hay nada
nada salvo vorágine y los huesos
rotos
de otros pendejos como tú
has muerto
no tienes nombre
nadie te espera en Ítaca
eres libre:
aquí todo comienza